domenica 21 luglio 2024


 EL MAR


Por Vincenzo Calafiore

22 de julio de 2024 Udine


"Dedicado a mi querido Amigo

SALVINO BASILE que del mar

¡como yo ama todo y vive del mar! "

                     Calafiore Vincenzo



"¡Qué manera más bella de honrar a Dios, hablando o contando de su criatura más bella: el Mar! Y para hacerlo, de mí, invento un personaje 

Y para hacerlo, de mí, me invento un personaje "QUINTO" para contarlo, y lo hace en primera persona, no sé si de la manera correcta, porque ambos personajes, Quinto y yo, no sabemos escribir, y para hacerlo utilizan un lenguaje propio, ni pulido ni académico, pero es el de la gente del mar, de los que han hecho de las playas, ¡todavía hacen catedrales en las que rezar! "


Hay momentos en la vida en los que me gustaría distanciarme de mis propios ojos, situar las palabras y los pensamientos en una zona libre, donde yo y los demás estuviéramos en pie de igualdad, sin presente, sin pasado. Hacerlo sin ninguna protección, capaz de mostrar al otro la sinceridad de confesar las propias derrotas, los propios fracasos e incluso los propios. Una sinceridad lo suficientemente grande como para que las palabras derrota y fracasos, términos vacíos, carezcan de sentido.

Una sinceridad sin retórica capaz de redimirlos desde el principio.

Hubo un tiempo en que ya no hablaba con Dios, me sentía solo incluso cerca del mar; estaba enfadado con él, porque me había dado el don que me hacía hablar con el mar; y la gente me veía y decía que estaba loco, decían que Quinto se había emborrachado.

Pero yo amo el mar, me gusta cuando me susurra historias de peces y fondos marinos en flor, de la granada roja bermellón que crece al pie de las grandes rocas. Me quedo aquí y lo observo. 

Miro para ver si hay algo que se parezca a mi vida. 

Mira, ten cuidado, hace un rato había un aire ligero, una corriente de viento, ahora se ha ido, ¡ya no está! No es fácil de explicar. Los pescadores, los marinos lo llaman la "caricia de la novia" porque es suave y delicado, como la caricia de una novia, de una mujer hacia su hombre; no se ve, pero se ve su magia desplegarse sobre el mar, que apenas se ondula, como si una mano invisible y ligera lo rozara suavemente. Es muy hermoso.

Esto me hace pensar en una mujer muy dulce, sentada aquí conmigo, a mi lado, que no me pide que hable, me deja con mis pensamientos, mirando el mar, e imagino una caricia suya tan dulce que mueve el mar dentro de mí.

No me parezco al mar, pero el mar quiere igualmente que me parezca a él.

Me gusta todo del mar, pero más porque es inmenso. 

No he hecho grandes cosas en la vida, no tengo dinero, ni siquiera tengo tierra ni casa propia, mi casa es una choza, y basta que el mar suba un poco más para que se la lleve. 

Todos los días de mi vida han sido iguales que hoy, nada ha cambiado, todo es igual que el mar, plano. 

Mira, un barco pasa por encima y lo abre, una vez pasado por agua se cierra ..... ¡así es la vida creo yo!

Flotando una botella se acerca a las rocas, alguien debe haberla tirado, ¡no hay ningún mensaje en ella! 

Nunca he mandado un mensaje en una botella, ¡a Dios si! Cuando voy a la iglesia a hablar con él dejo dos conchas y un guijarro en el altar, son cosas suyas, que recojo para él, ¡como para recordarle que he estado en su casa!

Si tuviera que enviar un mensaje en una botella, sólo lo enviaría al mar; pero le hablo y eso es suficiente.

Quizás no haría falta hablar, bastaría con mirarse a los ojos .... como hacen los peces, pero en cambio la gente sólo quiere hablar, sólo quiere palabras que le guste oír, son sólo palabras y ya está; dentro de esas palabras no hay nada, son cajas vacías, no tienen corazón, ni alma... como en esa botella vacía ..... y hablo de él... así las palabras se lanzan una tras otra sin pausa, sin amor, sin mar y así uno cree que habla, pero no habla.

Miro en el suelo entre las piedras hay trozos de baldosas, y cristales que solo brillan si los baña el mar, al verlos parecen diamantes, pero es un engaño, y trozos de ladrillos.  Todos tienen una vida, un pasado, como el mío que yace en la arena bajo mis pies.

Aquí en la "scombinata" el mar es siempre más bello, siempre trae algo a tierra, que yo recojo.  A veces parecen cosas que han pertenecido a mi vida, o se parecen tanto a mi vida, que las recojo todos los días. No sé ni entiendo por qué lo hago, pero siento que debo hacerlo.

Yo aquí en mi playa, pienso en Dios y cuanto más miro el mar, más pienso que el mar es algo que Dios creó por una razón que desconozco, pero por eso es por lo que más amo el mar: es lo único sincero que tenemos en esta tierra, es la vida es la muerte, al mismo tiempo es una mujer hermosa ¡para amar siempre!



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